También llamadas categorías oracionales. Desde los primeros estudios
gramaticales ya se consideró fundamental el dividir las palabras en diferentes
grupos. Desde la Antigüedad, se suelen considerar los siguientes tipos de
palabras: Sustantivo, adjetivo, pronombre, determinante, verbo, adverbio,
preposición, conjunción e interjección. Esta división, con variantes más o
menos discutidas, procede en último lugar de las clasificaciones aristotélicas
recogidas por las gramáticas greco-latinas y que han sido utilizadas en las gramáticas
del español y de las demás lenguas hasta nuestros días. Pero, pese a su solera,
presenta problemas. El principal proviene del hecho de que para clasificar las palabras
se usan criterios a veces heterogéneos e incluso incompatibles. Estos criterios
son:
- Semánticos: ¿Qué significan las palabras que pertenecen a este grupo?
- Morfemáticos: ¿Qué morfemas flexivos se añaden a ellas?
- Sintácticos: ¿Qué palabras pueden “acompañarlas” (determinarlas, complementarlas)?
- Funcionales: ¿Qué funciones gramaticales pueden desempeñar?
Esto criterios, como
decimos, se suelen combinar para definir cada tipo de palabra, y así podemos
encontrar definiciones del sustantivo como la siguiente: “Clase de palabra
variable (en género y número) –criterio morfológico-, que puede desempeñar por
sí sola las funciones de sujeto y complemento directo –criterio funcional-, que
puede ir acompañada por determinantes y adjetivos –criterio sintáctico- y que
sirve para nombrar cosas o personas –criterio semántico-“.
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